La innovación no es una acción es una actitud
Cuando te encuentras en la tesitura de explicar los cambios que están sucediendo a nivel metodológico en el colegio creo que es fundamental empezar explicando los “porqués y para qués” antes que los “cómos”, así que empezaré con estas justificaciones en ocasiones técnicas y en otras sociales pero que dan visión de conjunto.
Ya adentrados en el siglo XXI es necesario evolucionar las instituciones educativas hacia un concepto, quizá no extremadamente nuevo, pero si relegado a un segundo plano, que es el de sentirlas y vivirlas como centros de aprendizaje que no únicamente de enseñanza. Desde el siglo XIX se las consideró lugares de enseñanza donde los profesores y maestros transmitían sus conocimientos a los estudiantes. Pero la sociedad actual demanda individuos competencialmente capaces de aprender por sí mismos, adaptarse y evolucionar en un mundo que cambia a velocidades insospechadas y donde la realidad permea los contenidos y los modifica a golpe de tweet.
Los destinarios de estos cambios son evidentemente nuestros alumnos, ciudadanos de un mundo cada vez más globalizado y que nacieron en pleno auge de internet, los tan famosos “nativos digitales” (Prensky 2001). Ellos no saben lo que es un mundo sin móviles, wifi o Whatsapp lo cual marca una diferencia, hasta ahora desconocida (pero nuclear en su aprendizaje), con respecto a los que debemos transmitir las enseñanzas.
Nos encontramos, por tanto, en pleno proceso de cambio para aprender mejor, donde queremos huir y alejarnos de aprendizajes de carácter acumulativo y secuencial , de metodologías no participativas, de evaluaciones que solo indiquen grados de fijación de contenidos para acercarnos de forma gradual a establecer un nexo escuela-vida, a relacionar el aprendizaje con la acción, atendiendo a los diferentes ritmos de aprendizaje de nuestros alumnos y dándoles el protagonismo, siendo los profesores guías y acompañantes de su proceso.
¿Cómo lo estamos haciendo?
Como todo proceso de innovación y renovación tiene que tener un origen y fundamento y este no es otro que nuestra propia identidad, las raíces educativas de la Compañía de Jesús descritas en la Ratio Studiorum de 1599.
Es por tanto un proceso que aúna identidad, innovación educativa, tecnología y nuevas metodologías con la clara vocación de seguir respondiendo con la máxima calidad y generosidad al firme propósito de formar hombres y mujeres para los demás, en el siglo XXI.
Metodológicamente hablando, creemos que los pilares deben residir en la teoría de las Inteligencias Múltiples (Gardner 1983) que describe hasta 8 tipos de inteligencia necesarios para la vida humana, desde la lingüística hasta la espacial, pasando por la musical o la corporal y cinestésica; desde esta perspectiva no podríamos asegurar que Einstein fuese más inteligente que Michael Jordan sino que cada uno de ellos desarrolló un tipo de inteligencia diferente o expresó su inteligencia de formas distintas.
El otro gran pilar es el trabajo y aprendizaje colaborativo (Crook 1998) dónde desde la articulación (gestión de equipos), el conflicto (valoración y respeto de opiniones) y la co-construcción (objetivos cognitivos comunes) se alcanza el aprendizaje entre iguales. Complementando ambas, las técnicas de trabajo cooperativo parecen indispensables para enriquecer el contexto de aula.
La innovación educativa se extiende por todos los cursos y aulas del centro, aunque innovar no significa borrar lo anterior y hacer cosas nuevas. Significa analizar lo que hacíamos, retirar lo que no daba frutos o no se acomoda a las nuevas necesidades e introducir y fijar los elementos regeneradores que den respuesta y resultados óptimos. Por tanto, no es una tarea ni fácil ni a corto plazo. Desee 1º de Educación Infantil hasta 2º Bach el alumno encontrará diferentes contextos de aprendizaje que intentarán favorecer su desarrollo personal, académico y competencial.
Los profesores han estrenado nuevos roles de aula para los que se tienen que formar y adaptar, revisar su trabajo y generar nuevas dinámicas. Su esfuerzo está siendo ímprobo ya que si de algo carecemos en educación es de tiempo.
Las familias han estrenado una nueva situación y entorno donde siguen depositando la confianza de la formación de sus hijos y son analistas y colaboradores necesarios para la mejora continua.
Los alumnos han estrenado contexto, su día a día es totalmente distinto, de aulas tradicionales a espacios de aprendizaje donde son protagonistas hora tras hora, con trabajos en equipo y constante trabajo participativo.
Los tres grupos son esenciales en el proceso y debemos abrir nuestras mochilas educativas (todos llevamos una con nuestras vivencias) revisar su contenido y hacer hueco, sin miedo, para la nuevo.
El iPad
Posiblemente la novedad más llamativa, pero sin duda no la más importante. Tecnificar el colegio no es nuestra intención, eso hubiese sido muy sencillo. Lo que realmente queremos es escolarizar la tecnología, hacer que sirva a todos los propósitos anteriormente descritos como un facilitador más en un mundo, no lo olvidemos, ya digital.
En este momento se está desplegado un programa iPad 1:1, un alumno un iPad. Comenzamos en el curso 14/15 con la entrega de un iPad a cada profesor, para comenzar los procesos de formación e iniciar su uso en el día a día. Ya en el curo 15/16 fueron los alumnos de 4º EP, 1º ESO y 4º ESO los que lo recibieron y el proceso de implantación finalizará en el presente curso 17/18 de forma que desde 4º EP hasta 2º BACH todos los alumnos dispongan de un iPad.
La renovación y capacitación estructural del centro también ha sido importante con un despliegue de red wifi por todo el centro. Añadiendo los servidores informáticos necesarios, creando servicios de asistencia técnica y sumando el equipo humano necesario para que todo funcione con normalidad y la tecnología no sea en ningún caso un generador de problemas para los desarrollos metodológicos diarios. Podemos decir que ha sido todo un éxito.
Los contenidos
Otra de las grandes novedades ha sido la desaparición de los tradicionales libros de texto para pasar a un concepto diferente. Es verdad que los cursos de 4º , 5º y 6º de EP mantienen libros digitales, pero cambiar el papel por bits no es el objetivo. Los cursos de la ESO y BACH han encontrado materiales y contenidos de aprendizaje seleccionados y en muchas ocasiones creados por los profesores sobre la plataforma iTunes U de Apple.
Además, se proponen actividades o proyectos de trabajo sobre los que el propio estudiante genera su contenido de aprendizaje, no olvidemos su nuevo rol de protagonista principal. Desde investigaciones científicas a videoconferencias en clase de Geografía, desde edición de videos para explicar cómo elevar un mapa topográfico hasta juegos de vocabulario en inglés, francés o lengua española.
Es bueno aclarar que no estamos editando libros como los de antes, no es nuestro trabajo, nuestro papel ahora es ser filtradores, “sanadores de contenidos” y guías a modo de Sherpas de nuestros alumnos. Todo esto conlleva vivir sin las seguridades que también llevábamos en nuestra mochila educativa, pero nos hace a todos “aprender a aprender” en un mar de contenidos cambiantes y a gestionar la información generando capacidad crítica.
La evaluación
Parte fundamental del proceso educativo es la evaluación, que sin duda hay que modificar para valorar correctamente estos nuevos procesos de aprendizaje. Siendo el sistema educativo español eminentemente propedéutico y selectivo no olvidamos los exámenes, pero exigiéndonos el marco europeo una educación formativa y competencial debemos usar herramientas distintas cómo la evaluación, autoevaluación y coevaluación por rúbricas de trabajos colaborativos o individuales gracias a las cuáles el alumno encuentra guía de procesos y expectativas sobre el producto final.
Además, se están usando diferentes herramientas digitales gamificadas o actividades online que nos proporcionen una evaluación formativa del proceso de cada alumno.
Como veis el conjunto es complejo y multifactorial. Es un proceso necesario y difícil, pero contamos con las bases, con la experiencia educativa de la Compañía de Jesús, con la gran profesionalidad y dedicación de sus profesores y con la inestimable colaboración de nuestras familias y alumnos.
Seguro que cometemos fallos y seguro que acertamos, pero siempre partiendo del principio de que la calidad educativa no consiste en hacerlo siempre bien sino en no dejar de mejorar continuamente. Por eso os invitamos a visitar nuestra web, una modesta ventanita para ver lo que está pasando.
Un saludo a todos.
David Pérez Villena
Coordinador de Innovación Educativa y Renovación Metodológica