Hace unos meses a un grupo de profesores les dieron formación de Mindfulness, como herramienta para trabajar la atención plena, el ser consciente de lo que pasa aquí y ahora y como herramienta para trabajar la interioridad.
Ahora somos nosotros, algunos niños de tercero, los que lo hemos aprendido y practicado. Esta práctica no sólo nos ha ayudado a mejorar la concentración en lo académico sino que nos ha ayudado a conocernos mejor y trabajar las emociones.
Hemos aprendido a ver con ojos de águila, a escuchar con atención plena, a saborear mucho más los alimentos, a mandar mensajes amables practicando la amabilidad y a saber enfrentarnos un poquito más a situaciones difíciles como son la rabia, el miedo o la tristeza. Y sobre todo a dar las gracias por todo lo que tengo y darme cuenta de lo privilegiado que soy y que muchas veces no le presto la atención que debería….